lunes, 14 de septiembre de 2015

Jabalí (Sus scrofa)



EL PROTAGONISTA
El Jabalí (Sus scrofa) es un mamífero de tamaño medio, abundante en prácticamente toda la Península. Con su gran cabeza y su cuerpo compacto, es el bulldozer de nuestros bosques, removiendo (hozando) grandes extensiones de terreno gracias a su fuerte hocico. Las patas son cortas y fuertes, preparadas para recorrer largas distancias, esprintando en caso de peligro. El cuello es corto y fuerte, con poca movilidad lateral (para girarse, el Jabalí lo hace con todo el cuerpo). Los ojos son pequeños, siendo el olfato y el oído los sentidos más desarrollados.
Se trata de un animal de actividad nocturna y crepuscular, por lo que es muy raro poder observarlo de día, excepto en zonas en las que está tranquilo y sin peligros.




Puede llegar a los 120cm de longitud, 70cm de altura y 150kg de peso, aunque no es frecuente ver animales de este tamaño, ya que la mayoría son abatidos sobre los tres años de edad, aunque sin caza pueden llegar a los 15. El peso medio de los machos es de unos 80kg, y 50kg para las hembras.

Su coloración es bastante variable, siendo las crías menores de 6 meses de color marrón surcado por líneas longitudinales más claras, lo que les da el nombre de rayones. A partir de los 6 meses, el pelaje pierde las líneas de los rayones y adquiere un tono rojizo uniforme, son los Jabalíes llamados bermejos. Hacia los 10 meses, el color se asemeja más al de los adultos, que varía desde el marrón oscuro al negro, pasando por el gris. El pelo es grueso y largo, sobretodo en la crin que recorre el lomo, que el animal eriza en caso de sentirse asustado o furioso, para parecer más grande.

Una de las características físicas más conocida del Jabalí son sus colmillos: los inferiores, llamados navajas, crecen hasta rozar con los superiores (amoladeras), afilándose continuamente al rozarse entre ellos. Estos colmillos están más desarrollados en los machos que en las hembras, y su presencia, tamaño y desgaste ayudan a calcular la edad de cada ejemplar.





La huella del Jabalí es la más fácil de identificar de entre todos los ungulados: la cresta entre las dos pezuñas aparece marcada sólo hasta media huella, la marca en el barro es en forma de cuña y los machos grandes suelen marcar las guardas (pequeñas pezuñas opuestas a las principales), que aparecen a cada lado de la huella, al contrario que en el Ciervo, que siguen la misma línea. También las pueden marcar hembras o jóvenes al moverse por terrenos blandos o resbaladizos.


En este momento, el animal estaba tan cerca que ni podía
enfocarle la cara... disparé sólo para asustarlo y que se alejase,
pero al final la foto ha servido para mostrar la característica
forma de las pezuñas

Huella típica de adulto, posiblemente un macho. Collserola.


El Jabalí está en todas partes: en bosque mediterráneo, marismas, bosques húmedos, montaña... siempre que tenga zonas con vegetación donde ocultarse para pasar la mayor parte del día. Su nula especialización a la hora de alimentarse y la flexibilidad a la hora de elegir hábitat son dos de las claves de su abundancia en gran parte del país. Su dieta consiste principalmente en raíces e invertebrados que localiza gracias a su olfato, más sensible que el de un perro. Usa el hocico para hozar el terreno y abrirse camino hasta su alimento, pudiendo llegar a levantar piedras de gran tamaño. Si tiene la oportunidad, el Jabalí no desdeña pequeños vertebrados, como roedores, anfibios y reptiles. Las puestas de aves que anidan en el suelo también son víctimas habituales de su hambre insaciable. La carroña también entraría dentro de su dieta, además de frutos, hongos, desperdicios...




Suele desplazarse en pequeños grupos, llamados piaras, encabezados por una hembra líder con sus crías, y otras hembras o ejemplares jóvenes. Los machos adultos llevan una vida más solitaria, uniéndose al grupo en época de celo.
Durante el celo (de noviembre a enero aproximadamente), el macho busca hembras con tanta intensidad que incluso puede dejar de alimentarse. La gestación dura aproximadamente cuatro meses. En casos excepcionales, en un buen hábitat y con alimento abundante, las hembras pueden tener un segundo celo a principios de verano.
El parto medio es de entre 4 y 6 crías, pudiendo llegar incluso a 12 en hembras de edad avanzada.
Llegado el momento del parto, la Jabalina preparará una confortable cama a base de ramas y hierbas donde parir y mantener a salvo a los pequeños durante los primeros días de vida.
Amamantará a los jabatos durante 3-4 meses, pero éstos hacia las dos semanas ya son capaces de buscar su propio alimento.





CONSERVACIÓN
En el caso de los adultos, su principal depredador es el Lobo (obviando el ser humano). Las crías más pequeñas pueden ser víctimas de Lince, Águila Real e incluso Zorro en caso de crías débiles o enfermas. La escasez/ausencia de estos grandes depredadores es el tercer factor decisivo en la gran presencia de Jabalíes en los últimos años.

El abandono de las zonas rurales ha favorecido su expansión desde los años 50, cuando sus principales poblaciones se encontraban en los Pirineos y la zona centro de la Península. Resumiendo: nula especialización en hábitat y alimento, una alta tasa reproductora y ausencia de depredadores han llevado al Jabalí a ser considerado una plaga en muchos puntos de nuestra geografía, entre ellos el área metropolitana de Barcelona, con algunos ejemplares demasiado atrevidos (o hambrientos) que bajan desde Collserola (Abaten un Jabalí en el Eixample de Barcelona).




Recientemente he podido ser testigo de esta difícil convivencia en un parque cercano a casa, que por un lado me ha permitido fotografiar en condiciones (por fin) a este esquivo animal y observar su comportamiento y costumbres de cerca, y por otro lado presenciar una "lucha" entre las administraciones y la Naturaleza que parece estar muy lejos de tener final...

A finales de agosto, tras una visita a Collserola bastante poco productiva, al pasar por delante del Parque del Laberinto, decidimos entrar. Eran sobre las 7 de la tarde, y el parque cierra al anochecer, a las 21h en esa época. Ya lo había visitado otras veces, y sabía que es un parque muy frecuentado por la fauna típica de Collserola, principalmente aves. Entre otras, un gran número de Palomas Torcaces, Carboneros, Herrerillos Comunes y Herrerillos Capuchinos, algún Ruiseñor del Japón, una pareja de Cernícalos Vulgares que tienen el nido cerca (en un campanario, creo), Urracas, Gorriones... un par de veces también he oído al Pito Real. Y muchos otros que soy incapaz de distinguir sólo por el canto.
En este tiempo he podido confirmar la presencia de un Martín Pescador y una Garza Real que pasa la noche en el canal.
En cuanto a mamíferos, sabía que hay una población importante de Ardillas, gracias a un estudio que leí hace tiempo de Francesc Llimona, biólogo de Collserola (y que ahora no encuentro). Poco más... había visto algún rastro de Garduña, pero creo que es más probable que estuviera de paso. Algún rastro de Jabalí también había visto otras veces, pero pocos o no me había fijado mucho.
En estas tres semanas he visto algún rastro de Garduña, varias Ardillas e incluso una Musaraña! También algo que parecía una tejonera, aunque no parecía estar en uso...


Ubicación del parque. La mancha amarilla corresponde a
la zona afectada (aprox) por un incendio el pasado 1 de julio

El parque es un sitio bonito y tranquilo, muy visitado por la gente de los alrededores y turistas. Está situado en la frontera entre la ciudad de Barcelona y el Parque Natural de Collserola. Se trata de un jardín neoclásico de finales del siglo XVIII en el que se integra el laberinto que da nombre al parque. A mediados del S.XIX se añadió un jardín romántico con parterres y grandes árboles, una cascada y un canal que atraviesa una de las terrazas del jardín original. En el año 1880 se construyó un jardín doméstico junto al palacio que preside el parque. En 1967 el parque fue cedido al Ayuntamiento por parte de la familia propietaria, y está abierto al público desde 1971. Además del laberinto, se pueden encontrar varios estanques, fuentes, esculturas y un torrente que lleva el agua de la cascada, atravesando el jardín romántico.
En la parte trasera, la que hace frontera con Collserola, la distribución es más "salvaje", convirtiéndose en un corto pero agradable paseo por el bosque.






Discreto cartel en el que se "prohíbe" alimentar a los animales,
situado a la entrada de la zona de bosque. Para evitar problemas,
quizá sería conveniente hacerlos más visibles

Era domingo, y aunque no faltaba mucho para cerrar, el parque estaba bastante lleno de visitantes. Tras un rápido paseo por las zonas más tranquilas, pudimos comprobar que todavía debe haber una buena población de Ardillas, porque en algunos puntos el suelo aparecía alfombrado de restos de las piñas de las que se alimentan. Hacia las 20h, oímos algo en el jardín romántico y nos acercamos a ver. Había un par de personas mirando y haciendo fotos hacia una de las zonas con bancos. Una familia de Jabalíes compuesta por dos adultos y cuatro crías estaban volcando una papelera para llegar a su contenido. Fue una sorpresa, porque todo el perímetro del parque está vallado y no creía que les fuese fácil entrar, y menos a esa hora. Con el tiempo hemos descubierto algunas zonas por las que entran.




Aunque no iba muy equipado, aproveché la oportunidad de poder fotografiarlos en algo "parecido" a su hábitat, ya que hasta ese momento sólo me los había encontrado en rotondas y zonas verdes cercanas, o cuando no llevaba la cámara encima. Empezamos a seguirlos a cierta distancia mientras hacían su vida. Aunque muchos ya se habían marchado, aún quedaban algunos visitantes en el parque. Al verlos, algunos se asustaban como si hubiesen visto a un oso, otros se quedaban haciendo alguna foto, y algunos se acercaban demasiado...
Después de perder a la piara de vista un rato, nos acercamos a la zona de bosque, pensando que quizá habían ido hacia allí. Ellos no, pero había un macho, al que hemos apodado "el cojo". Este era mucho más asustadizo, y en cuanto te acercabas a menos de 20 metros, salía corriendo, así que lo dejamos tranquilo y fuimos a buscar a la primera familia (la llamaremos familia "A").
Los encontramos, y aunque las condiciones de luz eran pésimas, pude hacerles alguna foto mientras buscaban comida y tenían un comportamiento "normal" dada la situación. 


Hembra dominante usando un árbol como rascadero

Rayón utilizando otro rascadero

En algún momento decidimos rodearlos, para poder pillarlos de frente. Yo me quedé agachado a un lado del camino, mientras ellos iban rebuscando por el otro. Uno de los rayones se pasó al lado contrario y la madre le siguió. El pequeño, cuando estaba a unos 3 metros de mi posición, levantó la cabeza, se quedó mirándome y volvió al otro lado.




La madre, en cambio, siguió en mi dirección, y cuando la tenía a un metro de distancia, me tuve que levantar y dejarla pasar, por si acaso...
Siguieron a lo suyo y se acercaron a una de las papeleras que hay a la entrada del laberinto. Finalmente apareció un vigilante y los ahuyentó con la moto.




Al día siguiente volvimos, pero esta vez sólo vimos al cojo de lejos poco antes de que cerraran.
Al salir, el personal del parque nos dio alguna pista sobre sus movimientos: llevaban todo el mes de agosto apareciendo a cualquier hora, incluso por la mañana, buscando en las papeleras y acercándose a la gente que les daba comida.

Durante las sucesivas visitas al parque, por la mañana no ha coincidido que los encontrase ningún día, pero por las tardes era raro no encontrarse al menos a uno. Otro día, pudimos observar a otra familia, también compuesta por dos adultos y cuatro rayones (familia "B"), pero en este caso la hembra dominante era algo más grande. Estos parecían más desconfiados y huidizos, tanto, que ni siquiera estoy seguro de haberles hecho alguna foto.


Uno de los muchos caminos usados
por los Jabalís en el parque

Iban pasando los días y seguían apareciendo y desapareciendo a ratos. No eran difíciles de localizar, sólo había que seguir la dirección de los gritos de la gente... "un jabalí!!" "uy, qué miedo!!", "mira, lleva bebés!"... Una tarde localizamos a la familia "A" mientras unos turistas les daban comida junto a la cascada. Habían perdido a un rayón, sólo llevaban tres. La hembra tenía una actitud más agresiva y levantó por los aires a alguna cría en más de una ocasión, lo que ya debería ser una señal... cuando a los turistas se les acabó la comida, no dudó en acercarse a ellos a intentar quitarles la bolsa, dándoles un buen susto.
Después, tomaron el camino hacia la entrada, donde tenían su bañera junto a una fuente, y de paso a revisar las papeleras de la zona.


Bañera situada justo en la entrada al parque



Otro día, sobre las 6 de la tarde la famila "A" ya estaba hozando en los parterres del jardín romántico, su zona favorita al estar más cubierta y ser más húmeda y tranquila. Era un día con poca afluencia de visitantes, y pudimos observarlos y fotografiarlos de cerca, casi como si fuesen animales domésticos. Cuando vieron que no éramos una amenaza ni llevábamos comida, siguieron a lo suyo, removiendo y rebuscando entre las plantas, y dañando los jardines de manera evidente.


Acosados por innumerables parásitos, los Jabalíes usan los
baños de barro y los rascaderos para intentar librarse de ellos.

Cuando se cansaron de los parterres, se fueron a otra zona más cercana a la entrada. Supuse que irían hacia la bañera, así que los dejamos tranquilos y fuimos a esperarles allí. Finalmente acabaron saliendo del parque y dirigiéndose hacia la zona del velódromo, donde una señora acude habitualmente a alimentar a una colonia de gatos (ya le habían dado algún susto).
Al día siguiente, con el parque más lleno, hicieron el mismo recorrido, acabando, esta vez sí, en la bañera, ante un grupo de turistas bastante asombrado. Uno de los visitantes los asustó sin querer, pero se quedaron merodeando por la zona, aprovechando que alguien les estaba tirando galletas.




Toda la familia "A" utilizando la bañera de la entrada

Turistas y visitantes sorprendidos por la presencia de la familia "A".
Pocos minutos después, la hembra dominante mordió a la niña
de la derecha de la imagen, sin consecuencias más allá del susto.

Según nos contó personal del parque, la mañana siguiente volvieron a aparecer, sin ningún miedo, como siempre. Cuenta la leyenda que perseguían a la gente y les intentaban quitar las bolsas, hasta tal punto que mandaron a un grupo de rusos de vuelta al autobús. Según el personal del parque, era la familia "B". 
Parece ser que la Guardia Urbana apareció con intención de cerrar el parque y liarse a tiros con ellos.
Después de tantos días observándolos, creo que si llegaron a perseguir a alguien fue porque previamente les habría dado comida, ya que es la única situación en la que los he visto ponerse más atrevidos-agresivos. Si no llevabas comida, te ignoraban, así de simple. Mostraban algo de interés "por si acaso", pero una vez que veían que no podrían sacar nada, volvían a sus labores de bulldozer.





Tras unos días de calma tensa, la cosa empezaba a ponerse fea, y esa misma tarde, el personal de Ecocaptura empezó a intentar atraerlos hacia un cercado preparado para encerrarlos y sacarlos de allí. No he conseguido encontrar información sobre esta empresa, pero parece que se dedican a resolver estos problemas de una forma civilizada, intentando respetar al animal. También es verdad que ni ellos mismos supieron decirme qué harían después con ellos (reubicarlos, eutanasiarlos...).
En los primeros intentos no tuvieron mucha suerte, ya que el Jabalí es un animal de costumbres y muy desconfiado, por lo que no era fácil atraerlos a una zona a la que no solían acudir.
A última hora aparecieron algunos efectivos de la Guardia Urbana a ver cómo iba la cosa, y diciendo que si se acercaban a la zona del parking, llevaban escopetas en el coche para acabar por la vía rápida.


Cercado preparado para capturarlos

Personal de Ecocaptura intentando atraerlos hacia el cercado

Efectivos de la Guardia Urbana y personal de Ecocaptura

Según me contaron al día siguiente, por la mañana, antes de las 10 (hora de apertura al público) apareció la Guardia Urbana y abatió a cuatro ejemplares en la zona del parking, aunque esta información no está confirmada. Se ve que la noche anterior no tuvieron mucho éxito atrayéndolos al cercado, y volverían a intentarlo. Ese día no vi ningún ejemplar.

Nuevo día y nueva visita, cada vez con menos esperanzas de encontrarlos. A última hora, 15 minutos antes de cerrar, localicé al "cojo" y lo estuve siguiendo a la distancia que me permitió. Después de rebuscar un poco por los alrededores del laberinto, bajó a darse un bañito a otra bañera que no había visto hasta ese momento.


Una de las pocas fotos que conseguí del "cojo"

Bañera utilizada por "el cojo". Acababa de darse
un revolcón y se aprecia hacia dónde se marchó

Zonas del parque en las que solían moverse los
diferentes ejemplares. Las flechas indican las posibles
zonas de entrada y salida al recinto.

Finalmente, en nuestra penúltima visita nos encontramos con la gente de Ecocaptura, que por lo visto habían capturado 14 ejemplares la noche anterior, cuando el parque estaba cerrado. El vigilante comentó que se había visto a otra familia con cuatro rayones, y otros dos adultos grandes y agresivos en la zona del velódromo. Las cuentas no salían: tenía controlados a un macho solitario (el cojo) y a dos piaras, la famila "B" con dos adultos y cuatro jabatos, y la "A", con dos adultos y 3 rayones, después de perder uno la semana anterior. En total 12 ejemplares, todos los adultos de entre dos y tres años de edad.
En cambio, entre los capturados, los supuestamente abatidos y los vistos después, sumaban 26.
Es posible que al amparo de la noche llegasen más animales de los alrededores a los que no tenía controlados.
Al final nadie es capaz de asegurar si se los han llevado a todos, y la verdad es que ya me he cansado de preguntar, después de tres semanas les había cogido algo de cariño y prefiero no saber si se los han cargado.
*Ayer (13/9) volví a acercarme al parque a ver cómo estaba el panorama... el cercado seguía en su sitio, y a última hora pude localizar al "cojo" y a otros dos ejemplares más grandes que no había visto hasta ahora. Sinceramente, espero que al menos "el cojo" se libre de un triste final... de todos los ejemplares que he visto es el más discreto y el que menos problemas provoca.








Esta historia es un fiel reflejo de la situación actual con los Jabalís de Collserola, donde, sin ningún depredador que los contenga, se han hecho los reyes de un Parque Natural pequeño, rodeado de dos millones de habitantes y acercándose a la ciudad en busca de alimento.

Los habitantes de las ciudades que limitan con Collserola debemos ser conscientes de que esto no puede traer nada bueno, sobretodo si hay quien todavía se dedica a ofrecerles comida. El Jabalí es un animal salvaje, y con una fuerza considerable. Las hembras con crías jóvenes pueden ser muy agresivas, además, cuando se acercan a la ciudad pueden provocar accidentes de tráfico importantes (en una rotonda a medio camino entre mi casa y el Laberinto aparecen casi cada noche, justo al lado de la Ronda de Dalt).




Este verano, como viene siendo habitual los últimos años, ha sido largo y seco, y los animales están hambrientos, me atrevería a decir que muy cerca de la desesperación. Acudirán a cualquier sitio donde puedan encontrar comida y agua, sobretodo si tienen crías a su cargo. Son muchas bocas que alimentar. Por su propio bien, es preferible que no salgan de los límites del parque, ya que es muy probable que sean abatidos o atropellados, pero cuando el hambre aprieta...
Entiendo que den pena, a mí me la dan, pero no podemos hacer otra cosa. Si se acostumbran a que les proporcionemos comida, acaban perdiendo el miedo al ser humano, y eso les puede traer todavía más problemas. En Collserola pueden llegar a esquivar a los cazadores, en la ciudad es muy difícil que eviten a la policía.


Collserola, 7/2/2014

No es ningún secreto que no estoy a favor de la caza ni de la mayoría de cazadores (alguno bueno hay, sí...), pero por desgracia, debido a nuestras acciones en el pasado, hoy en día resulta necesaria para controlar algunas especies que sin sus depredadores naturales no tienen a nadie que limite su expansión. Si no hubiéramos llevado al Lobo hasta los límites en los que se encuentra, seguramente no tendríamos el problema actual con el Jabalí... pero por otro lado, creo que a muy pocos nos gustaría tener Lobos en Collserola, un Parque Natural visitado diariamente por miles de deportistas y aficionados a la Naturaleza. Un equilibrio muy difícil de mantener.

En el caso del Jabalí, son dos métodos los que se usan principalmente: el primero es la batida, que consiste en que un grupo de cazadores con perros sueltan a los canes en una zona con presencia del suido, éstos lo asustan y hace que salga corriendo, normalmente por sus corredores habituales, donde los cazadores los estarán esperando. El segundo método es al acecho, donde simplemente los cazadores esperan a que aparezca el animal en sus zonas habituales.





LA FOTO
Me gustaría haber hecho algún primerísimo plano con un angular, quizá incluso con el 10-24, pero tendría que haber acercado mucho la cámara a la cara del animal y no me fío tanto de ellos... así que opté por hacer la mayoría de fotos con el 70-200 a una distancia segura tanto para los Jabalís como para mí.
La idea de usar teleobjetivo también fue para tener más desenfoque en el fondo y aislar al protagonista.
He elegido ésta foto porque la iluminación está un poco más trabajada. Fue uno de los días que me pudo acompañar Neus, que además coincidió con el día que más rato tuvimos a la familia "A" a nuestro alcance. La foto está hecha con el 70-200, 1/80seg a f/4 e ISO1000 para ganar algo de luz ambiente, ya que el flash colocado sobre la cámara (a 1/8 de potencia) se encargaría de congelar el movimiento del animal. Mientras, Neus aguantaba un segundo flash a 1/4 junto al Jabalí, para perfilar el contorno del protagonista y "separarlo" un poco del fondo. Un esquema muy sencillo pero efectivo y resultón.





Hasta hace relativamente poco, cualquier bicho bueno era el bicho muerto. La "Junta de Extinción de Animales Dañinos", creada por el régimen franquista, animaba a cazar cualquier animal que no fuese de aprovechamiento cinegético. Daba igual el método, a tiros, con lazos, cepos, venenos... por cada "alimaña" muerta, el cazador recibía un dinero a cambio. Lobo, Zorro, Lince, Gineta, Garduña, Tejón, Águila Real, Quebrantahuesos, Nutria, Comadreja, Búho Real... cualquier animal, "no útil" para la caza o depredador de fauna "cazable" era víctima de esta ansia por pensar que todo nos pertenece, que podemos hacer lo que nos dé la gana con nuestro entorno sin consecuencias. 
Afortunadamente, las cosas han cambiado, y algunas de estas especies se están recuperando en buena medida, como la Nutria. Pero no es suficiente, actualmente aún siguen habiendo descerebrados colocando lazos ilegales y cebos envenenados en el monte, matando animales necesarios para mantener el delicado equilibrio de cada ecosistema. Sin olvidar las cacerías de Lobo apoyadas y permitidas por las Administraciones, como en Cantabria y Asturias.

Como ya he dicho en otras ocasiones, lo que falta en este país es sentido común.