lunes, 16 de marzo de 2015

Golondrina Común (Hirundo rustica)




EL PROTAGONISTA
La Golondrina Común es un ave pequeña, de unos 18cm de longitud y alrededor de 30cm de envergadura, con un peso de unos 15-20gr. Ave fácil de identificar, a veces es confundida por ojos inexpertos con sus "primos" aviones y vencejos, de los que hablaremos en otra entrada.

La cabeza, alas y parte superior son de color negro con reflejos azul metálico. La frente y la garganta son de un rojo intenso. Parte inferior de color blanco con tonos crema. La cola es negra y ahorquillada con las plumas rectrices extremadamente largas (más en los machos que en las hembras y los jóvenes). Cuando la extiende, por ejemplo en una maniobra en vuelo, se puede apreciar una línea de manchas blancas. Su vuelo característico es a baja altura y con repentinos cambios de dirección mientras persigue insectos voladores, su principal alimento.





A pesar de su tamaño, se trata de un ave que realiza grandes desplazamientos migratorios, invernando al sur del Sáhara, y volviendo a sus territorios de cría europeos en primavera.

La Golondrina Común se ha adaptado razonablemente bien al ser humano, y es fácil observarla en entornos humanizados (rurales, eso sí). Muestra una clara preferencia por zonas con agua, praderas y cultivos, donde encuentra abundante alimento, como moscas, mosquitos y otros pequeños invertebrados voladores. No suele anidar en ciudades debido a la dificultad para encontrar el barro con el que construyen el nido. Presente en toda la Península, es uno de los grandes símbolos de la llegada de la primavera.

El Cambio Climático está provocando que cada vez la podamos encontrar más pronto en nuestras latitudes, llegando a Andalucía y Extremadura a mediados de enero, más tarde cuanto más al norte. En los últimos años se está observando una tendencia a invernar en el sur de la Península por parte de un número de ejemplares cada vez mayor.

El periodo reproductivo comienza entre marzo y mayo, dependiendo de la zona, y finaliza en agosto. Normalmente efectúa dos puestas de entre 4-5 huevos. El nido es una copa de bolitas de barro que reutilizan cada año, siempre que es posible. Suelen situarlo en establos, terrazas y cobertizos, siempre a cubierto y protegido de la lluvia y el viento. Los pollos pueden volar entre los 20-25 días de vida, y entre una nidada y la siguiente, los padres suelen tomarse un descanso de unas dos semanas.



Ejemplar juvenil reclamando alimento a cualquier golondrina que pasaba cerca.
1/125seg, f/6,3 e ISO 250. Flash.


CONSERVACIÓN
Aunque aparentemente se trata de un ave abundante (se calcula que alrededor de diez millones de parejas se reproducen en la Península), su población está en claro declive, debido entre otras cosas, al uso de pesticidas.

La destrucción de sus nidos (con la excusa de que "ensucian" o "afean") es otra de sus principales amenazas, así como el abandono del medio rural (derrumbe/destrucción de los edificios y cobertizos donde anida).

Es un ave protegida por las leyes nacionales y europeas, por lo que cualquier intento de destruir sus nidos en periodo reproductor se considera una infracción.

La Golondrina común es un ave fiel a sus territorios de nidificación, y vuelve cada año a su nido, efectuando las reparaciones necesarias. Eliminar o destrozar un nido no sólo afectará a la reproducción de una pareja ese año, también en los siguientes. 

La conservación de aleros, voladizos y otras estructuras salientes también es una forma de ayudar, ya que la Golondrina siempre coloca el nido en lugares resguardados y de fácil acceso.

También podemos encontrar en tiendas especializadas nidos artificiales para colocar en zonas donde se han tenido que destruir nidos naturales (debido a obras, por ejemplo), o para quien quiera intentar atraerlas a anidar en su porche o terraza.

En zonas urbanas, su mayor problema a la hora de nidificar es la dificultad para obtener el material con el que construyen el nido: el barro. En este sentido poco podemos hacer a título personal, ya que serían las administraciones locales las encargadas de facilitar una pequeña zona embarrada en parques y jardines.

Como decía antes, la Golondrina es una especie muy útil en el control de insectos molestos como moscas y mosquitos, por lo que, entre todos, deberíamos intentar ponerle las cosas un poquito más fáciles.

En el año 2014, fue elegida "Ave del año" por SEO/Birdlife. En este enlace podréis encontrar muchísima información sobre su forma de vida, su migración o su protección.



El pollo de antes siendo alimentado por su madre. 1/125seg, f/6,3 e ISO 250. Flash.


LA FOTO
Un día, mientras esperaba pacientemente en un hide a los Gamos (Dama dama) que pululan por el PN dels Aiguamolls de l'Empordà, empezaron a posarse Golondrinas en un árbol que tenía a apenas 2 metros de la ventana. Eran ejemplares jóvenes, la mayoría recién salidos del nido, y empezaron a armar muchísimo jaleo. Resultó que era la hora de la merienda e intentaban llamar la atención de sus padres para recibir su ración.

Era una zona de sombra que pedía una velocidad de obturación muy baja, con la que era muy difícil "cazar" a estas aves de vuelo rápido y nervioso. Los primeros intentos fueron sin flash y rezando para que alguna saliera bien.



En este caso, al no utilizar flash, se puede apreciar la poca calidad en general de la foto, con el pollo (derecha) desenfocado por su movimiento y los grandes contrastes provocados por la luz filtrada entre las hojas. No era lo que buscaba.





Flash a baja potencia para rellenar las sombras creadas por las hojas y para congelar lo justo el movimiento de las protagonistas.






Como las ventanas del hide miden unos 20-25cm de alto, era imposible colocar el flash sobre la zapata, ya que la luz rebotaría en la pared y se quedaría dentro... tocaba improvisar: coloqué el flash estirado sobre el objetivo, atado con lo que llevaba encima y con el cable conectado a la zapata de la cámara y de esa manera pude sacar lente y flash por la ventana.

Usé una potencia baja para rellenar las sombras, pero manteniendo la luz natural como luz principal, ya que la idea no era congelar del todo el movimiento de las alas, sino hacer que aparecieran movidas y difusas para dar algo de dinamismo a las fotos.

Estuvieron un buen rato y me brindaron la posibilidad de disparar varias ráfagas, y entre ellas una de mis fotos favoritas, que además quedó entre las finalistas del concurso del número 3 de la revista Objetivo Natural. Es esta:






Fue una experiencia inolvidable que, si seguimos a este ritmo, será cada vez más difícil de vivir. Protejamos a las Golondrinas, no es tan difícil... sólo tenemos que conocerlas, dejarlas vivir tranquilas y permitirles hacer su nido donde les dé la gana. 

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